dijous, 23 d’octubre del 2008

Howard Zinn



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Howard Zinn es un historiador norteamericano, politólogo, crítico social, activista y autor. Es muy conocido como autor del bestseller "A People's History of the United States" (Una historia de la gente de Estados Unidos).
Zinn ha participado activamente en los movimientos por los derechos civiles y anti-guerra en los Estados Unidos.

ENTREVISTA:
Paul Jay: -Gracias por acompañarnos en esta entrevista a Howard Zinn. Gracias Howard.

Howard Zinn: -Encantado de estar aquí.

P.J.: -Estamos a pocas semanas de las elecciones, Obama va por delante en las encuestas, aunque los que apoyan a Obama están conteniendo la respiración, hablan de "sorpresas de Octubre" y esto y lo otro... Vd. ha escrito sobre el proceso de elección no siendo tan democrático como a la gente le gustaría, pero por otra parte Vd. sigue llegando a la conclusión de que la gente debería participar, debería votar, y me parece que no dijo "tapándose la nariz", pero sí que deberían hacerlo con cierta reserva, deberían votar contra McCain y por Obama, explíquenos qué piensa sobre este tema.

H.Z.: -Yo soy muy escéptico sobre el proceso político americano, que sólo proporciona a los votantes un test de multiples opciones muy limitado: A o B, o A y A plus, Republicanos o Demócratas, y casi siempre los demócratas y los republicanos están muy cerca entre ellos en sus políticas. No quiero decir idénticos, pero bastante parecidos en sus políticas, así que una persona que quiera grandes cambios en la forma en que la sociedad funciona, no los encontrará representados por los candidatos demócratas ni republicanos. Y eso es verdad para Obama y McCain.
Sin embargo, hay ciertos momentos en la historia, cuando incluso una pequeña diferencia entre los candidatos puede ser crucial, puede ser una cuestión de vida o muerte para mucha gente. Cuando los franceses tuvieron un cambio en la presidencia de Francia, durante la guerra de Algeria, marcó la diferencia para terminar la guerra en Algeria. Yo creo que existen esos momentos, y creo que éste es uno de esos momentos en la historia americana. Hemos pasado por ocho insufribles años con la administración Bush, probablemente el peor gobierno de la historia. Dos guerras en una presidencia y total desprecio por la constitución y la carta de derechos, y la destrucción de la economía, y en esta situación estamos desesperados por el cambio.
Así que aún cuando Obama no representa ningún cambio fundamental, crea la apertura para una posibilidad de cambio. Por eso voy a votar por él, y por eso sugiero a la gente que vote por él. Pero también sugiero que Obama no satisfará ese potencial de cambio, a no ser que se vea rodeado por un movimiento social que esté lo bastante enfadado, sea lo bastante poderoso, lo bastante insistente, para que llene sus frases abstractas sobre el cambio con algún contenido real y sólido.

P.J.: -Los partidarios de Nader, y de los candidatos de otros terceros partidos dirán: "Bueno, hay otra alternativa". Entrevisté a Ralph Nader, y argumenté que no existe una alternativa viable, y me contestó que sí la hay, que no es viable sólo cuando la gente repite que no es viable. Pero, qué les dice Vd. a Nader y a los otros candidatos de terceros partidos que dicen que la única forma de romper ésta paralisis del sistema bipartidista es votar fuera [de los dos partidos mayoritarios]

H.Z.: -No vamos a romper la parálisis del sistema de dos partidos desde dentro del sistema de partidos, en otras palabras no van a romperlo el sistema electoral añadiendo a un tercer candidato cuya exposición será inevitablemente penosa y será por tanto sólo una demostración de la debilidad de los movimientos fuera de la arena electoral. Si eliges entrar en la arena electoral , será mejor entrar con fuerza, si entras con debilidad no le estás haciendo ningún bien al movimiento progresista. Para mí es un despilfarro de la energía de Ralph Nader lanzarse al proceso electoral. Su energía tiene mejor uso construyendo un movimiento -haciendo lo que ha hecho durante la mayor parte de su vida muy eficazmente. Llegando a millones y millones de gente que no le votarán, pero que realmente creen en sus ideas, y ayudando a organizar a esa gente para que quienquiera que sea elegido presidente tenga que enfrentarse a unos electores, a una ciudadanía que exige cambio.

P.J.: -¿Cómo se desarrolla ese movimiento? Vamos a asumir que Obama ganará estas elecciones, que las encuestas tienen razón, y que no hay un "evento extraordinario", que supongo que nadie puede descartar, pero en el mundo tal como lo vemos hoy parece que Obama va a ganar las elecciones y digo esto con cierta reserva porque si algo grande pasa en los próximos cuatro días esta entrevista estará caduca, así que más vale que la publiquemos rápido, pero contando con eso, ¿cómo se desarrolla un movimiento independiente? ¿cuáles son los obstáculos para un movimiento nacional del tipo del que está Vd. hablando?

H.Z.: -Los obstáculos son una especie de resignación de que las cosas seguirán como antes. Ese es siempre el obstáculo para el cambio. El obstáculo para el cambio no es que la gente no quiera un cambio. La gente quiere cambio, pero la mayoría de las veces se sienten impotentes. Sin embargo en ciertos momentos de la historia, el nivel de energía de la gente, el nivel de indiganción de la gente se eleva, y en ese momento deviene posible para la gente organizarse y agitar, y educarse unos a otros, y crear una atmósfera en la que el gobierno tiene que hacer algo. Estoy pensando en los años treinta, estoy pensando en Franklin D. Roosevelt llegando a la presidencia, no era realmente un cruzado. Roosevelt llegó a la presidencia con una historia de balances de presupuestos, no estaba claro lo que iba a hacer, no creo que él tuviese claro lo que iba a hacer, excepto que iba a ser diferente de Hoover y los republicanos, pero, cuando llegó a la presidencia se encontró con un país que estaba en huelga, se enfrentó a huelgas generales en San Francisco, en Minneapolis, se encontró con huelgas de cientos de miles de trabajadores textiles en el sur , se encontró con un movimiento de arrendatarios, y un movimiento de desempleados, se encontró con un país en confusión, y reaccionó ante eso, fue sensible a ello y se movió. Eso es lo que necesitaremos. Necesitaremos ver algunas de las escenas que vimos en los años treinta.

P.J.: -¿Cómo llegamos a eso?

H.Z.: -¿Cómo llegamos a eso? Llegamos a eso con alguien que lo empiece, como los cuatro chicos en Greensborough en 1960, que iniciaron una sentada sin saber si se extenderia. Necesitaremos a alguien que esté perdiendo su casa porque no puede permitirse pagar la hipoteca, le necesitamos rodeado por sus vecinos, que no permitan que se vaya, que no permitan que se lleven sus muebles, eso es lo que pasó en los años treinta. En otras palabras, necesitamos acción directa, necesitamos desobediencia civil, necesitamos elevar el nivel de tensión en el país. Porque sólo esa clase de indignación va a tener algún efecto en la gente de Washington.

P.J.: -En términos de crear un movimiento que pueda hacer surgir un tercer partido que tenga alguna oportunidad, y en muchos países del mundo los partidos efectivamente vienen y van, ¿por qué no hemos visto algo así, cómo se vió en los años treinta? Hubo algunos partidos que tuvieron algo de peso, ¿cree Vd. que con esta crisis financiera estamos entrando en un período en el que algo así pueda ser posible?

H.Z.: -Bueno, terceros partidos pueden tener un efecto en los partidos existentes, quiero decir, en los años treinta no había un tercer partido que ganase, era un hecho que había un movimiento en el país, en parte socialista y comunista, pero en gran parte estaba formado por gente trabajadora, inquilinos y demás, y tuvieron un efecto en el partido demócrata que hasta ese momento no había sido un partido muy militante o muy enérgico, y como resultado había perdido elecciones en los años veinte contra candidatos de poca entidad, como Harding y Coolidge. Pero pienso que hará falta la clase de energía ética que tuvimos en los años treinta, no necesariamente para crear un tercer partido que gane la presidencia, pero que transformará al partido demócrata en lo que podría ser un tercer partido, casi de la misma manera que el partido republicano antes de la guerra civil se transformó en el partido que acabaría con la esclavitud, o por lo menos intentaría terminar con la esclavitud, aún cuando ése no era su principal objetivo.

P.J.: -Si estamos ante cuatro años, quizás ocho años de administración demócrata, y si esa administración demócrata sigue el curso previo de la mayoría de la gente que hemos visto en puestos de liderazgo, entonces este movimiento estará dirigiendo muchas de sus "flechas" con la administración demócrata como objetivo...

H.Z.: -Incuestionablemente, si tenemos una administración demócrata, ésa administración tiene que ser el objetivo de un nuevo movimiento social. El problema con los años de la administración Clinton es que quienquiera en los Estados Unidos que realmente quisiera ir más allá de la administración Clinton en política exterior, en política doméstica, se volvió condescendiente, y no se organizaron, y no hubo un movimiento real en el país en los tiempos de Clinton, como lo hubo en los años sesenta, para empujar a Clinton en alguna buena dirección. Eso tendrá que ser diferente cuando Obama y su nueva administración lleguen a la presidencia.

P.J.: -Bueno, se está revelando una realidad nueva, y creo que todo el mundo está entrando en aguas desconocidas con la actual crisis financiera, que parece ser tan profunda como indican las peores predicciones, en la siguiente sección de nuestra entrevista vamos a hablar sobre sus puntos de vista sobre las raíces de esta crisis y hacia dónde estamos yendo. Por favor únanse a nosotros en el siguiente segmento de nuestra entrevista a Howard Zinn.



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